En Guerrero, más de 500 escuelas, principalmente en la capital Chilpancingo, suspendieron actividades escolares ante una preocupante ola de violencia y la ausencia de transporte público seguro. Esta medida preventiva fue tomada por dirigentes sindicales y autoridades educativas con el fin de salvaguardar la integridad de docentes, estudiantes y padres de familia, frente al temor generado por recientes ataques al servicio de transporte y hechos violentos en la región.
Ante este escenario, se ordenó también el cierre precautorio de negocios y dependencias municipales en Chilpancingo, mientras que se desplegaron operativos de seguridad en bases de transporte y en el mercado central para proteger a la ciudadanía. La capital estatal experimentó un paro casi total de actividades económicas y sociales debido a esta situación de inseguridad.
Los sindicatos representativos del magisterio, tales como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), coincidieron en que los maestros no deben regresar a sus labores mientras persistan riesgos derivados de la inseguridad y problemas en la movilidad urbana. El retorno a clases dependerá esencialmente de la normalización del transporte público y la mejora en las condiciones de seguridad en la entidad.
Sin embargo, el gobierno estatal estableció que las labores presenciales se reanudaron oficialmente desde el primero de octubre de 2025 para las escuelas ubicadas en la zona centro de Guerrero, reflejando un retorno parcial bajo condiciones controladas.
Por otra parte, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha señalado un día oficial de suspensión a nivel estatal para el 31 de octubre de 2025. Este día corresponde a la realización del Consejo Técnico Escolar (CTE), jornada destinada a la planeación y formación docente sin la presencia de estudiantes.
En síntesis, la suspensión temporal de clases en más de 500 escuelas de Guerrero ha sido una medida preventiva justificada ante la violencia y la falta de transporte seguro, con un regreso parcial en la zona centro desde el primero de octubre y la seguridad como factor clave para la reanudación completa. La situación permanece en evaluación permanente conforme las autoridades y sindicatos buscan garantizar un ambiente seguro y adecuado para la educación en la región.
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