Chiapas fortalece la seguridad con drones artillados, unidad blindada y perro robótico en la frontera sur
El gobierno de Chiapas presentó una nueva estrategia para reforzar la seguridad en la frontera sur de México, incorporando tecnología de punta y unidades especializadas para mejorar la vigilancia y el control territorial. Esta iniciativa destaca por la introducción de una flotilla de drones artillados, la unidad móvil blindada denominada Kanan y un perro robótico destinado a operaciones tácticas.
Flotilla de drones artillados para vigilancia y control
Los drones artillados constituyen una pieza clave en esta estrategia. Equipados con ametralladoras y con capacidad para operar de forma autosuficiente, estos dispositivos están diseñados para realizar diversas tareas que incluyen vigilancia comunitaria y monitoreo de carreteras, facilitando un control más ágil y efectivo en zonas críticas.
Flotilla de drones artillados para vigilancia y control
Unidad móvil blindada Kanan, tecnología y autonomía
La unidad Kanan es un vehículo totalmente blindado que incorpora tecnología avanzada para operaciones en territorios remotos. Entre sus características destacan sistemas de vigilancia, comunicación satelital, sala de crisis, autonomía solar, cocina y dormitorio, con capacidad para albergar hasta 24 personas. Este vehículo trabaja en conjunto con la flotilla de drones, ofreciendo soporte integral para la Guardia Estatal y la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal.
Perro robótico como apoyo táctico
Complementando esta novedosa dotación tecnológica, el gobierno de Chiapas ha integrado un perro robótico que apoya en operaciones tácticas especiales. Esta unidad contribuye a reducir riesgos para el personal y fortalecer la eficacia de las intervenciones en la región fronteriza, especialmente en contextos de enfrentamientos recientes.
Perro robótico como apoyo táctico
Coordinación federal y retos en la seguridad fronteriza
El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar aseguró que esta estrategia sitúa a Chiapas a la vanguardia tecnológica en materia de seguridad, destacando la colaboración estrecha con fuerzas federales como la Marina, Ejército y Guardia Nacional. El principal objetivo es combatir eficazmente el crimen organizado que incide en la frontera sur del país.
No obstante, esta iniciativa ha suscitado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos que advierten sobre un aumento en la militarización de la región y la ausencia de un desmantelamiento total de las estructuras criminales. El debate continúa respecto al equilibrio entre seguridad y respeto a las garantías ciudadanas.
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